10 de diciembre de 2008

Democracia en Facebook

Por Marcelo Lucero
Hace alrededor de un mes atrás abrí una cuenta en Facebook y me llamó la atención la cantidad de gente joven que participa a diario en esa comunidad virtual.

Facebook nació como un proyecto de la Univesidad de Harvard con el fin de integrar a los alumnos ingresantes a las distintas carreras. El éxito del proyecto fue tan grande, que se convirtió en la red social más famosa del planeta.

Basado en lo que antiguamente conocíamos como foro de discusión, Facebook aprovecha aquel sistema y le da un nuevo uso que permite conocer y mantener un vínculo periódico con otras personas por medio de fotos, textos, videos, grupos de interés y cien mil tonteras más.


En Facebook no hay conocidos, ni enemigos, ni novias, ni complejas relaciones sociales; sólo existen amigos y amigos de tus amigos, con los cuales podés contactarte. Ni buenos, ni malos, ni mejores, ni peores, ni vencedores, ni vencidos, todos tus amigos publican mensajes sobre sus vidas, lo que se encuentran haciendo en el momento y opinan sobre lo que vos publiques.

Es realmente adictivo. Es muy interesante y las posibilidades de uso son ilimitadas. Esta es la idea de la Web 2.0 o Web Colaborativa, que se basa en la idea de que los usuarios propongan los contenidos de la red y los dueños ganen la plata.

Republicano

Como te decía al comienzo, quedé absorto con la gran participación de jóvenes amigos míos (según Facebook) que participan comentando, recomentando, etcétera, etcétera, y me pregunté, y pregunté a un par de compañeros míos, cuál pensaban que era el motivo de tamaño interés de los chicos en este tipo de sociedades. Algunas de las respuestas que surgieron, aunque no tengan un valor científico, pueden llegar a disparar otras hipótesis o algún estudio serio sobre el tema.

No tienen huevos: Un jugador de fútbol me respondió que él creía que todos hablaban por Internet porque no es lo mismo decir las cosas en la cara que decirlas por escrito, en diferido, con la red como intermediaria. Es mucho menos crudo, más simpático y genera un descompromiso, una distancia entre el emisor y el mensaje.

No se dispone de tanto tiempo como antes: Cuando éramos chicos era deber obligado huevear en la calle con nuestros amigos varias horas al día. Ahora, de grandes, ya no disponemos de tanto tiempo e Internet es un buen medio para mantenernos comunicados desde la facultad, el trabajo y la casa.

No hay gente grande: esta hipótesis hace referencia a la habilidad desarrollada por los más adultos para imponer su visión del mundo sobre la vida de los más jóvenes. Como si ellos hubieran hecho algo bueno, insisten en formar nuestro mundo a imagen y semejanza del suyo. Pero sus influencias llegan hasta el teclado: casi ningún viejo entiende un rábano de computación y por eso no pueden meterse allí. Internet sería como un espacio de escape de las reglas de un mundo que no aceptamos pero tampoco nos preocupamos por cambiar.
La tecnología es bien recibida por la gente joven: como contrapartida del punto anterior, aparece la gran facilidad que la mayoría de los jóvenes poseemos para con las computadoras. A muchos les apasionan las PC y ven en ellas el futuro.

Es un mundo muy simple: relacionado con eso que te contaba antes de amigos, amigos de tus amigos o desconocidos. La vida real tiene muchos matices que se mezclan y cambian constantemente haciéndonos ver que la forma de interpretar el mundo como “buenos y malos” no nos sirve para entender el día a día. Internet, en cambio, es un mundo construido por nosotros y, por ende, con nuestra forma de interpretar. Esto permite hacer un lugar con nuestras reglas, dejando de lado lo que nos es difícil para la comprensión y, por lo tanto, creando un sitio más accesible a la mayoría.

No se habla de política: en este sentido quiero señalar que me refiero a la política en sentido restringido, como la actividad que generalmente atribuimos a la mal llamada clase política dirigente. Todavía no exploré mucho, pero entre los grupos de interés con más participantes no se observan temas relacionados con los problemas de la actualidad. Homero, Peter Griffin y Fernet Branca aparecen entre los más destacados y con muchos miembros.

No hay hambre: en Facebook no se ven fotos de chicos desnutridos, solicitudes de empleo, avisos clasificados ofreciendo un riñón a cambio de una casa, pedidos de Cáritas. Quienes acceden a Internet y a Facebook son personas con un nivel socioeconómico por lo menos medio y no la gran mayoría del mundo sumergida en la pobreza. A Facebook no ingresan los problemas de la realidad, no se muere gente, no hay robos, violaciones, discriminación, no hay problemas más allá de “uy, me olvidé el cel el lo de Mechu”.

A Facebook no ingresan personas, ingresan usuarios.

No hay comentarios: