11 de diciembre de 2008

El Estado Argentino (un poco de Historia)

Por Nicolás Jaime
Director de Senda Política y Social

La crisis del Estado de Bienestar keynesiano, en la década de los setenta, abrió paso en todo el mundo a políticas económicas neoliberales, que apuntaron a reducir el tamaño de los Estados y a definir sus funciones.

El argumento central de los neoliberales es que las políticas sociales, justificadas al principio como tendientes a corregir las desigualdades sociales que inevitablemente provocan las fuerzas del mercado, terminaron por aumentar la irracionalmente el gasto público social, el mismo juega un papel de gran relevancia, no solo en el manejo eficaz de este sino en la correcta asignación de los recurso públicos, se produjo un gasto demasiado alto para cubrir con los impuestos.


Si el Estado gasta más de lo que recauda, es más que evidente la generación de un déficit del tesoro público (fisco), en estas circunstancias hay varias alternativas, dos de ellas pueden ser, o bien el Estado financia el déficit emitiendo moneda y con ella provoca un aumento generalizado de los precios, o bien limita sus gastos a la medida de sus recursos (son soluciones un poco simplistas pero es solo para mencionarlas). La última opción constituye la receta neoliberal, que recomendó las llamadas políticas estatales de ajuste: privatizar las empresas y los servicios públicos, recortar el gasto público social y, en suma, redefinir el papel del Estado.

La reducción de los Estados a un mínimo (como plantea Nozick) contribuyo fuertemente a la globalización de la economía. Se denomina así al conjunto de cambios económicos, políticos y sociales que se sucedieron en el mundo desde mediados de los años setenta como consecuencia de los avances tecnológicos especialmente la relacionada con las comunicaciones. Estas políticas, sin embargo provocaron un aumento de las desigualdades sociales.

En la Argentina, los principios neoliberales fueron aplicados por primera vez entre 1977 y 1980 por el autodeterminado “Proceso de Reorganización Nacional”, la dictadura militar que paradójicamente usó al Estado para asegurar la libertad de los mercados. Consecuentemente, el nivel de bienestar de los argentinos decayó significativamente.

La democracia, reinstaurada en 1983, debió enfrentar una pesada herencia de endeudamiento, inflación y desempleo. En estas condiciones, el gobierno radical intento sin éxito redistribuir los ingresos. De hecho, esos esfuerzos terminaron en la hiperinflación de 1989 y sus secuelas sociales (violencia, alteración de las formas de sociabilidad, etc.).

En 1990, un nuevo gobierno, esta vez de signo justicialista, profundizó decididamente la reforma neoliberal de la economía por medio del Plan de Convertibilidad. Esta política económica se propuso disminuir el déficit fiscal privatizando las empresas públicas, reduciendo el personal estatal y aumentando la recaudación impositiva especialmente en los sectores de ingresos medios. Asimismo, resto poder a los sindicatos mediante la flexibilización laboral, la redefinición de las leyes de asociaciones profesionales y la modificación del sistema de obras sociales.

Los indicadores de desigualdad social empeoraron sensiblemente en la década de los noventa.
En los últimos años del siglo XX, los fracasos de las políticas neoliberales condujeron a una reformulación del papel del Estado, en el sentido de replantear el contrato social.

A fines del año 2000, los cancilleres de Gran Bretaña, Alemania, Suecia y Holanda suscribieron en forma conjunta los siguientes compromisos:
1) Ampliar el círculo de beneficiarios de la nueva economía (la implementada en los países europeos mencionados, que consiste en la estabilidad de las finanzas públicas y, al mismo tiempo, políticas para combatir la exclusión social).
2) Reforzar la sociedad civil para que actúe como freno a los poderes excesivos tanto del Estado como del mercado.
3) Formular un nuevo pacto social internacional, ya que los objetivos de incrementar el bienestar social y fortalecer la sociedad civil no se pueden realizar únicamente a través de los Estados nacionales.

En la misma época, en la Argentina se discutía como armonizar las políticas de mercado con políticas sociales que corrigieran la creciente fragmentación social entre pobres y ricos. Existía un amplio consenso en el sentido de que solo la participación de los ciudadanos puede restaurar la relación entre la sociedad y el Estado.

Quien leyó este artículo también le intereso “Crisis financiera internacional” y “El rol del Estado frente a la actual crisis financiera internacional

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